La diatermia y sus beneficios (Vídeo)

La palabra diatermia significa “paso de calor a través de un cuerpo”. En España se ha venido utilizando como sinónimo de los equipos de radiofrecuencia o alta frecuencia que se utilizan para termoterapia profunda, sobretodo en el ámbito de la  fisioterapia. También puede denominarse  “hipertermia” (nombre inicial con el que se conocía la técnica a comienzos del siglo XX), tecarterapia (acrónimo de Terapia Capacitiva-Resistiva), onda larga o nombres de marcas comerciales, siendo todos ellos sinónimos. En otros países el término diatermia engloba a otros sistemas de termoterapia profunda como la onda corta, microonda, ultrasonido continuo…

El término diatermia en el campo de la  fisioterapia en España se refiere generalmente a una corriente de alta frecuencia (alrededor de 1MHz), que se caracteriza por producir un aumento de temperatura local en los tejidos que atraviesa gracias a la transformación de la energía electromagnética que genera el emisor en energía térmica en el tejido que absorbe dicha radiación.

Este sistema nació en torno a 1890, cuando Jaques D’ansorval comenzó a experimentar los efectos de la alta frecuencia en seres humanos. El calor producido a nivel generalizado (lo que denominaban hipertermia o fiebre artificial) obtenía a priori, llamativos efectos analgésicos a nivel del dolor de tipo musculoesquelético.

Sin embargo, la aplicación generalizada a menudo producía desfallecimientos en los sujetos tratados debidos a la incapacidad del organismo de refrigerar el cuerpo del paciente, por lo que no fue hasta 1930 cuando se extendió la técnica al fabricar D’ansorval los primeros equipos portátiles. Las dimensiones reducidas de éstos permitían tratamientos locales, por lo que el organismo de los pacientes podía mediante los mecanismos de termorregulación endógenos mantener una temperatura fisiológica general de 36,6º y soportar el calentamiento de la diatermia a nivel local.

El aumento de temperatura es un catalizador de reacciones químicas, esto es, que toda reacción biológica ocurre más rápido al aplicarle calor, pero no indefinidamente, sino siempre que estemos dentro el umbral fisiológico (por debajo de 42º).

Se calcula que por cada grado que se incrementa la temperatura del tejido muscular, su tasa metabólica aumenta un 13%, por lo que si aumentamos la temperatura en 3º, estaríamos aumentando la tasa metabólica casi en un 40% (siempre que no pasemos de 42º, donde la reacción se invertiría produciendo daños).

Si la emisión de la diatermia es pulsada en lugar de continua, además del efecto térmico podremos conseguir efectos piezoeléctricos y resonadores. Estos efectos son derivados de crear una interrupción en la emisión dentro de rangos concretos para producir resonancia en ciertos tejidos y repolarizar sus cargas iónicas (fenómenos inflamatorios modifican pH intercelular, modificándose así también la carga eléctrica del medio).

Se pueden conseguir los efectos térmico, piezoeléctrico y resonador al mismo tiempo, basta con aumentar la amplitud de la onda respecto a la de emisión continua para mantener el mismo efecto térmico y además introducir resonador y piezoeléctrico.